Genera la irradiación, el coraje, la capacidad de imponerse, la individualidad y el poder. Tiene influencia sobre nuestro aparato digestivo. Cuando se recibe sol radiante este actúa sobre el subconsciente e ilumina la mente; desarrolla un importante grado de prudencia. Su desequilibrio crea la necesidad de consumir azúcares y da celos excesivos.
La Luz solar es la creadora de vida en este planeta, y la creadora de vínculos. Cuando una persona crea una relación con otro ser humano, crecen cordones indelebles entre ellos. Cuanto más fuertes son las conexiones entre ambas personas, mayor fuerza y número tendrán esos cordones. En los casos en que se está terminando la relación, los cordones se van desconectando lentamente.
La incidencia de la luz solar es muy compleja. Nos provoca los juicios, opiniones y creencias acerca de nosotros mismos y del mundo. Estos juicios a su vez afectan nuestra autoestima y nuestra confianza en nosotros mismos. Es quizás por esta razón por lo que este centro es visto como la fuente del sentido común que nos dice como operar dentro de la sociedad y el mundo. El sentirse firme y enérgico y tener idea de cuanto poder se tiene, el reconocerse a si mismo como un individuo separado del mundo y aun así ser capaz de tener un rol en ese mundo, los activa la luz solar. Es fuente de poder personal, de sentimientos, de energía creativa, de juicio de uno mismo y de los demás. Comprensión intelectual de la existencia física/mundanal:”el poder de los hombres”. Es aquí, si es que no se ha desarrollado el autocontrol donde surgen los conflictos de poder, aunque parezca no tener importancia.
La luz solar es también la que activa la búsqueda de bienestar. Con la fuerza de su creatividad el ser humano aprendió a sacar partido de los recursos naturales y así comenzó su prosperidad. Pero junto con la prosperidad y el despertar del materialismo, también creció la avaricia.
La luz amarilla impulsa el discernimiento del uso correcto de la voluntad.
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