El magnetismo terrestre es nuestra raíz física, ancestral y vital. Su función en el cuerpo se relaciona con la fortaleza de los huesos, los dientes, las uñas, el intestino, las piernas y los pies. Constituye la energía primordial sobre la que desarrollan las otras funciones orgánicas y psíquicas.
El campo magnético terrestre nos provee la energía vital.
El campo magnético nos provee a todos los seres de vida, fuerza y protección. Es además la pulsión que procura nuestra supervivencia, por lo que nos motiva a actuar, pero además nos da el fuego básico para funcionar día tras día, no solo como un latido primitivo, sino como la confianza y el calor cuerpo-mente de donde sale la capacidad de acción, la creatividad, la autoestima y motivación básicas. Es el aspecto que nos conduce a arraigarnos, a construir y a buscar la estabilidad.
La energía telúrica es el impulso que nos da vida, seguridad ontológica y física, confianza y poder.
Corresponde a esta energía nuestro bienestar físico, el estar conectados con la tierra y el entorno natural, así como con nuestro cuerpo como una manifestación de la tierra y escuchar sus necesidades. Su pulsión se conecta con nuestro ser corpóreo, primitivo y terrenal.
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